Leo Byrne es policía; Jason Banks, un exconvicto. La atracción entre ambos hombres es palpable, y sin embargo, un beso robado no es suficiente, algo más debe suceder para que Leo pueda convencer a Jason de que enamorarse es posible para él.
Adoptado muy joven, Leo forma parte de la extensa familia Byrne. Con su perro Cap, tres hermanos y un montón de sobrinos y sobrinas, nunca se siente solo y su vida está llena. El amor es lo último en su lista de cosas por hacer, sin embargo, ver a sus dos mejores amigos felices y formando nuevas familias le hace desear cosas que no cree posibles. Besar a Jason en un evento en honor a la valentía del exrecluso es una cosa, todo lo demás está fuera de los límites.
Hasta que Jason no tiene a nadie a quien recurrir, y es Leo quien le ayuda en su peor momento. Acoger al hombre y a su hija en su casa es una cosa, enamorarse del exconvicto es otra completamente diferente.
Jason hizo un trato para mantener a salvo a su hija y pasó años tras las rejas por ello. El voluntariado como bombero convicto era tanto para ayudar a la comunidad como para salvar su cordura, pero ahora que recuperó su libertad ya ni siquiera tiene eso. Perdió su futuro y su autoestima, tampoco tiene amigos ni un lugar al que llamar hogar. Lo peor de todo es que, incluso después de rescatar a su hija, sigue sin poder mantenerla a salvo del hombre que quiere utilizarla como moneda de cambio.
Conocer a Leo podría darle a Jason una forma de mantener a Daisy a salvo. Sin embargo, enamorarse del testarudo policía significa que la verdad tiene que salir a la luz, y si eso sucede, él podría perderlo todo una vez más.
